la felicidad
-Ammu, si eres feliz en un sueño, ¿cuenta? -preguntó Estha.
-¿Que si cuenta qué?
-La felicidad. ¿Cuenta?
Hoy, entre la 7.10 y el despertador, soñé que íbamos en taxi de noche, con mi mamá, recorriendo las calles de una ciudad grande de Grecia. Recién llegadas. Estaba también la mujer que me crió cuando era un bebé. Íbamos excitadas, viendo tentáculos de pulpos en cualquier esquina, y yo tuve la certeza de que eso era un milagro. Yo. En Europa de nuevo.
Y fui feliz.
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