mercadeo
Con el tsunami de mi invierno, no cerré los posteos de Lima. Y lo que me quedó afuera del pantallazo fue lo que ocupó la mayor parte de mi tiempo allí (después de comer y charlar): los recorridos de compras.
Para comida, el mercado de Surquillo ("Surquíio").
Allí hay grandes cosas,
mucha variedad,

y todo fresco.

Igual, no compramos comida, sino una ollita de barro :)
Y aquí pasamos a un tema clave a la hora del mercadeo peruano: el regateo.
-Cuánto cuesta?
-Mire señorita qué calidad, hecho a mano...
-Cuánto cuesta?
-Es un regalo, le va a durar toda la vida...
-CUÁN-TO CUES-TA?
-35 soles
-EEEEEHHH!!!!! NEEEEHHHH! No. No... (ésa SIEMPRE tiene que ser la primera reacción)
-Pero a usted se lo dejo a 30.
-No, es una barbaridad... no no.
-...
-20. Máximo.
-No señorita, no puede ser, mire qué calidad...
-20.
-27 se lo puedo dejar...
-Bueno, voy a dar una vuelta y tal vez regreso...
-Señorita, 25 se lo dejo.
-22 cerramos entonces?
-...
-Son dos D'Onofrio de diferencia, no me va a decir que no...
-Bueno, 22.
(Bueno, yo era malísima en esto -que parece rápido pero puede tomar 15 minutos-: O sea, yo llegaba al Neeehhh y cerraba en 30. Por eso la morocha negociaba por mí.)
Sigamos.
Para libros usados (o fotocopiados) y revistas viejas: no tenemos fotos, pero hay que ir a Amazonas. Un tremendo corralón con sus pasillos entre kioscos de papel. Yo, por ejemplo, conseguí 7 ediciones antiguas de Etiqueta Negra a 5 soles cada una.
Pero pagué 20 (les dije: negoció la morocha).
Un día, también, nos fuimos de excursión a Gamarra.
Nos habían advertido de la seguridad, de cuidar el bolso, de no llevar plata, etc etc. Sí, es un mundo de gente y mucha cosa trucha y segunda selección y telas y chucherías, pero no es taaaan peligroso. Para que se den una idea, es el Once de Lima y allí se va por saldos y materia prima de costura.
Pintoresco.
Como pintorescos son los alrededores del Barrio Chino, donde están las casas de utensilios e implementos gastronómicos.
Pintorescos. No lindos.
A mí me gustaron mucho más las cuadras del mercado de Petit Thouars ("Petituár").
Sobre todo porque, de un montón de puestos iguales de souvenirs para turistas, me hicieron ver el más original: el puesto de la chica de las carteras. Un local pequeñito con bolsos tejidos, bordados, etc etc, pero mucho más lindos y originales que los del resto.
Siempre estamos volviendo a la chica de las carteras.
Aún a la distancia.
También, a la hora de cositas y cosuelas para la casa y la vida (y también carteras), nos gustó Dédalo (que no era un mercado, sino un local laberíntico de diseño). Miren qué bonitas si no:

Por último, casi con un pie en el avión, conocí un lugar bellísimo: una casona de la calle Cajamarca, en Barranco, en donde una galesa con mil años en Lima se encarga de coleccionar maravillas autóctonas de aquí y acullá. El lugar -lo rastreé por internet- se llama Las Pallas.
Me habría llevado casi todo. Sobre todo las alfombras, y los chales, y los retablos, y los tejidos,


pero más que nada esas telas bordadas que cuentan historias.
Deben tener un nombre, pero no lo conozco.


Para comida, el mercado de Surquillo ("Surquíio").
Allí hay grandes cosas,



Igual, no compramos comida, sino una ollita de barro :)
Y aquí pasamos a un tema clave a la hora del mercadeo peruano: el regateo.
-Cuánto cuesta?
-Mire señorita qué calidad, hecho a mano...
-Cuánto cuesta?
-Es un regalo, le va a durar toda la vida...
-CUÁN-TO CUES-TA?
-35 soles
-EEEEEHHH!!!!! NEEEEHHHH! No. No... (ésa SIEMPRE tiene que ser la primera reacción)
-Pero a usted se lo dejo a 30.
-No, es una barbaridad... no no.
-...
-20. Máximo.
-No señorita, no puede ser, mire qué calidad...
-20.
-27 se lo puedo dejar...
-Bueno, voy a dar una vuelta y tal vez regreso...
-Señorita, 25 se lo dejo.
-22 cerramos entonces?
-...
-Son dos D'Onofrio de diferencia, no me va a decir que no...
-Bueno, 22.
(Bueno, yo era malísima en esto -que parece rápido pero puede tomar 15 minutos-: O sea, yo llegaba al Neeehhh y cerraba en 30. Por eso la morocha negociaba por mí.)
Sigamos.
Para libros usados (o fotocopiados) y revistas viejas: no tenemos fotos, pero hay que ir a Amazonas. Un tremendo corralón con sus pasillos entre kioscos de papel. Yo, por ejemplo, conseguí 7 ediciones antiguas de Etiqueta Negra a 5 soles cada una.
Pero pagué 20 (les dije: negoció la morocha).
Un día, también, nos fuimos de excursión a Gamarra.
Nos habían advertido de la seguridad, de cuidar el bolso, de no llevar plata, etc etc. Sí, es un mundo de gente y mucha cosa trucha y segunda selección y telas y chucherías, pero no es taaaan peligroso. Para que se den una idea, es el Once de Lima y allí se va por saldos y materia prima de costura.
Pintoresco.
Como pintorescos son los alrededores del Barrio Chino, donde están las casas de utensilios e implementos gastronómicos.
Pintorescos. No lindos.
A mí me gustaron mucho más las cuadras del mercado de Petit Thouars ("Petituár").

Siempre estamos volviendo a la chica de las carteras.
Aún a la distancia.
También, a la hora de cositas y cosuelas para la casa y la vida (y también carteras), nos gustó Dédalo (que no era un mercado, sino un local laberíntico de diseño). Miren qué bonitas si no:

Por último, casi con un pie en el avión, conocí un lugar bellísimo: una casona de la calle Cajamarca, en Barranco, en donde una galesa con mil años en Lima se encarga de coleccionar maravillas autóctonas de aquí y acullá. El lugar -lo rastreé por internet- se llama Las Pallas.
Me habría llevado casi todo. Sobre todo las alfombras, y los chales, y los retablos, y los tejidos,


Deben tener un nombre, pero no lo conozco.


Y hasta aquí llegué con Lima :)
Para más de Perú: acá.
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