afuera
No me gusta ultimar detalles, chequear listas.
Lo que sí me gusta es la parte de los encargos. Me gusta que me pidan cosas: así puedo explotar mi vocación de servicio (es por eso, lo sé, que tengo los trabajos que tengo; como si no pudiera despegar de un cierto servilismo, organizar el caos y hacerlo con una sonrisa).
Me gusta preparar regalos, planearlos, sorprender o dar exactamente lo que esperan.
Me gusta mucho, sobre todo, que me encarguen golosinas; me desilusiona un poco no poder llevar azúcar a otro país.
Me gusta empacar. Minimizar la vida a una valija.
Me gusta tomarme los viajes con calma, sin último momento. Llegar tranquila, hacer la cola, pasear por el free-shop, leer. Ver la gente viajar. Abordar. Rezar un poco. Comer esas cosas que no como en mi casa, porque en mi casa se come mejor y menos *cuadrado*.
Sobre todo, me gusta hacer planes en el aire. O no hacer planes. No pensar, estar apenas levemente en las nubes.
Y me gusta volver a ver caras. Eso me gusta mucho. Reconocer gestos.
Y conocer calles, mañanas, comidas, maneras de decir las cosas, de vivir una casa. Ser huésped. Dormir distinto. Que me mimen. Comprar. No entender el cambio.
Extrañar sabiendo que vuelvo al rato. Pero desaparecer. Irme, volver otra.
Todo eso y, sobre todo, los viernes antes de eso.
Lo que sí me gusta es la parte de los encargos. Me gusta que me pidan cosas: así puedo explotar mi vocación de servicio (es por eso, lo sé, que tengo los trabajos que tengo; como si no pudiera despegar de un cierto servilismo, organizar el caos y hacerlo con una sonrisa).
Me gusta preparar regalos, planearlos, sorprender o dar exactamente lo que esperan.
Me gusta mucho, sobre todo, que me encarguen golosinas; me desilusiona un poco no poder llevar azúcar a otro país.
Me gusta empacar. Minimizar la vida a una valija.
Me gusta tomarme los viajes con calma, sin último momento. Llegar tranquila, hacer la cola, pasear por el free-shop, leer. Ver la gente viajar. Abordar. Rezar un poco. Comer esas cosas que no como en mi casa, porque en mi casa se come mejor y menos *cuadrado*.
Sobre todo, me gusta hacer planes en el aire. O no hacer planes. No pensar, estar apenas levemente en las nubes.
Y me gusta volver a ver caras. Eso me gusta mucho. Reconocer gestos.
Y conocer calles, mañanas, comidas, maneras de decir las cosas, de vivir una casa. Ser huésped. Dormir distinto. Que me mimen. Comprar. No entender el cambio.
Extrañar sabiendo que vuelvo al rato. Pero desaparecer. Irme, volver otra.
Todo eso y, sobre todo, los viernes antes de eso.
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