calderón
Soñar. Soñar despierta. Soñar dormida luego de ver La casa del lago, a las 8 de la mañana del domingo. Soñar que me llamaba a mí misma en el 2004 pero para atenderme en el 2006, y despertarme con el ruido del celular: Mario, a ver si iba a ir a la cancha con ellos. Que no, que tengo que terminar un trabajo = que no, que no puedo levantarme del calor y quiero limpiar la casa y quiero ver la RedCarpet. Soñar con el vestido de Penélope, con el de Gwyneth. Soñar con ser millonaria y con que compro los derechos de transmisión de los Oscars y decreto no hacer doblaje simultáneo. Soñar anoche con Sevilla. Soñar anoche con que estaba en Nueva York, una semana, sólo para comprar cosas que acá no hay...
Repito el mantra mientras camino por la ciudad. Luego de 2 semanas matadoras reemplazando a todo el mundo, muriéndome en horas extra, ahora encajo todo lo que puedo de lunes a viernes. Pero tengo ensayos los sábados, fuck. Estas semanas tranquilas en los descansos de los 2 laburos adelanto laburo para los otros 2 laburos. Ahora son 4: 2 para vivir, 2 para soñar. Repito el mantra.
Y conste que acepté uno porque el día de función iba a ser los sábados, y no éste que me caga olímpicamente todos los partidos de fútbol...
lo que más odio de este ambiente es que no tengan conciencia de lo que se debe hacer un domingo a la tarde.
Duermo todo lo que puedo. Me escapo al cine, al teatro, termino mi sexto libro del año. No puedo decidir si estoy más gorda o más flaca, si me gusto o no. Quiero una limpieza de cutis y un corte de pelo ya y hablar con ella. Y que venga el sanitarista y el pintor y que alguien me repare la persiana del cuarto que ahora no levanta. No tengo tiempo para ningún tipo de arreglos. Y así voy.
Compro en Zara, compro en Juan Perez. Fundo la tarjeta.
Y una amiga, una más, que ya no vive en el país.
En fin:
febrero.
Repito el mantra mientras camino por la ciudad. Luego de 2 semanas matadoras reemplazando a todo el mundo, muriéndome en horas extra, ahora encajo todo lo que puedo de lunes a viernes. Pero tengo ensayos los sábados, fuck. Estas semanas tranquilas en los descansos de los 2 laburos adelanto laburo para los otros 2 laburos. Ahora son 4: 2 para vivir, 2 para soñar. Repito el mantra.
Y conste que acepté uno porque el día de función iba a ser los sábados, y no éste que me caga olímpicamente todos los partidos de fútbol...
lo que más odio de este ambiente es que no tengan conciencia de lo que se debe hacer un domingo a la tarde.
Duermo todo lo que puedo. Me escapo al cine, al teatro, termino mi sexto libro del año. No puedo decidir si estoy más gorda o más flaca, si me gusto o no. Quiero una limpieza de cutis y un corte de pelo ya y hablar con ella. Y que venga el sanitarista y el pintor y que alguien me repare la persiana del cuarto que ahora no levanta. No tengo tiempo para ningún tipo de arreglos. Y así voy.
Compro en Zara, compro en Juan Perez. Fundo la tarjeta.
Y una amiga, una más, que ya no vive en el país.
En fin:
febrero.
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