al este, el edén
Como en Calgary, cuando nos escapamos al Lake Louise.
Como en Napoli, cuando me escapé a Cinque Terre.
Como en Belo, cuando nos escapamos a Ouro Preto.
Siempre, cualquier viaje mío parece constar de 3 partes:
-recorrida a full de todo lo que hay para recorrer
-la *escapada* no planeada
-el remate
Lo pienso ahora, porque no se me había ocurrido antes.
El jueves V me pone un mail que dice que va a estar en Punta el finde, y su número, y que por qué no voy a pasar el día. Entonces hoy me levanto, voy a la estación, pregunto por un pasaje, y en 42 segundos estoy arriba del bus camino al este.
Bajo por Gorlero y lo llamo. Caigo a almorzar.
V es mi mentor, y me recibe él, su adorable mujer B, sus hijos menores, su nieto.
Hablamos de cine, de fútbol, de libros, del abuelazgo, de los viajes que se vienen.
Será que siempre fui algo huérfana que ellos me adoptaron...
Luego subimos al auto y recorremos La Barra y José Ignacio. Tomamos licuados y caipiroshka. Nos saluda Iván de Pineda. Probamos el chocolante fondante de Arlecchino, un helado que te deja la boca negra de tan oscuro.
B se vuelve al depto, luego de habernos charlado todo en el asiento de atrás; V y yo bajamos a La Mansa.
Él se mete al agua, yo me siento a esperarlo.
La gente lo mira; V es conocido. La gente me mira.
Se va a por una corrida que le mitigue la culpa de lo comido.
Yo camino lento por la orilla del mar hacia la estación. Huele tan a Punta del Este...
Se va poniendo el sol.
Siempre siempre SIEMPRE, la *escapada* es lo mejor del viaje. Resignifica la recorrida, valoriza el remate.
Bueno: eso.
Mañana, la feria y el Cerro, y poco más.
Me voy a seguir viendo el clásico en la tele de la cocina...
Update: he puesto el partido en la pantalla plana del living. Festejo prudentemente los goles entre italianos y australianos y chilenos y...
Gran remate para este día. Gran.
Como en Napoli, cuando me escapé a Cinque Terre.
Como en Belo, cuando nos escapamos a Ouro Preto.
Siempre, cualquier viaje mío parece constar de 3 partes:
-recorrida a full de todo lo que hay para recorrer
-la *escapada* no planeada
-el remate
Lo pienso ahora, porque no se me había ocurrido antes.
El jueves V me pone un mail que dice que va a estar en Punta el finde, y su número, y que por qué no voy a pasar el día. Entonces hoy me levanto, voy a la estación, pregunto por un pasaje, y en 42 segundos estoy arriba del bus camino al este.
Bajo por Gorlero y lo llamo. Caigo a almorzar.
V es mi mentor, y me recibe él, su adorable mujer B, sus hijos menores, su nieto.
Hablamos de cine, de fútbol, de libros, del abuelazgo, de los viajes que se vienen.
Será que siempre fui algo huérfana que ellos me adoptaron...
Luego subimos al auto y recorremos La Barra y José Ignacio. Tomamos licuados y caipiroshka. Nos saluda Iván de Pineda. Probamos el chocolante fondante de Arlecchino, un helado que te deja la boca negra de tan oscuro.
B se vuelve al depto, luego de habernos charlado todo en el asiento de atrás; V y yo bajamos a La Mansa.
Él se mete al agua, yo me siento a esperarlo.
La gente lo mira; V es conocido. La gente me mira.
Se va a por una corrida que le mitigue la culpa de lo comido.
Yo camino lento por la orilla del mar hacia la estación. Huele tan a Punta del Este...
Se va poniendo el sol.
Siempre siempre SIEMPRE, la *escapada* es lo mejor del viaje. Resignifica la recorrida, valoriza el remate.
Bueno: eso.
Mañana, la feria y el Cerro, y poco más.
Me voy a seguir viendo el clásico en la tele de la cocina...
Update: he puesto el partido en la pantalla plana del living. Festejo prudentemente los goles entre italianos y australianos y chilenos y...
Gran remate para este día. Gran.
<< Home