el fin del mundo... o el *mojón* del año
Hola Mer!!!!
Bueno, por dónde empezar…
Gracias por tu saludito.
Te mandé vía celular unas fotos que no sé si te llegaron.
No sabés lo que fue anoche… en todos los sentidos.
Primero el calor, con la térmica de 40º, no se podía respirar, yo estaba donde te dije, adelante.
Empezó super puntual, previendo la lluvia, creo. Adelante fue un pogo infernal, aguanté 2 temas y me fui yendo hacia atrás. No tenía aire, te juro.
Pero Pancho, y JOAQUIN… estaban tan felices. Joaquín no dejaba de jugar y reírse. Era todo TAN emocionante. Quería cantar pero me daban ganas de llorar de emoción.
Primero un valseado de Y nos dieron las diez, luego Aves de paso, Ahora que, y luego no sé ya en qué orden Calle melancolía, Quién me ha robado el mes de abril, Siete crisantemos… Esta noche contigo... En Resumiendo empezó a llover. Se cayeron todos los paneles de atrás, donde proyectaban imágenes. Se volaban las pantallas del costado. Pero viste cómo es con lluvia… todos seguimos más que nunca, disfrutando porque el calor era infernal y venía bien el agua, y las pantallas nos importaban 3 carajos… Mientras, los técnicos las arreglaban como podían. Y siguió Dieguitos, Y sin embargo, Con la frente marchita, Conductores suicidas. Joaquín estaba TAN, pero TAN feliz. Pedía que se cuidaran los del pogo, porque era una masacre eso, y festejaba todo, se reía todo el tiempo con los músicos… Y yo me ponía TAN feliz por él que no podía con mi cuerpo… Y entonces, se fue un toque, Helen cantó una de Marilyn, Pancho hizo su Esta boca es mía rocker, Joaquín seguía recitando sonetos para Buenos Aires, ah, hizo Mentiras piadosas, y Por el boulevard…
Y llegó PÁJAROS DE PORTUGAL!!! Y empezó a llover de nuevo. Mucho. Y Joaquín decía: Que se venga el fin del mundo! Y nosotros cantábamos solos, y coreábamos solos entre tema y tema: Joaquín, Joaquín, olé, olé, olé, oléeeee, Joaquín, Joaquíiiiiiiin… Y vino La Magdalena, y...
Y entonces vino RUIDO.
No te puedo explicar lo que fue eso, Mer. Llovía tanto que todos queríamos hacer más ruido que la lluvia y el viento. Y todos pusimos nuestras manos arriba. Y cantamos TANTO, TANTO, TANTO. Y cada vez llovía más, gotas gruesas, ellos lo sabían, nosotros lo sabíamos, y CANTÁBAMOS MÁS Y MÁS: RUIDO DE AMENAZAS, TANTO TANTO RUIDO… Hasta quedarnos sin voz, hasta sacarnos los pulmones. TANTO RUIDO QUE AL FINAL…
*SE TE CAÍAN LAS LÁGRIMAS DEL HUEVO QUE LE ESTÁBAMOS PONIENDO*. Era una cosa completamente tribal, de supervivencia y devoción hacia el de bombín y hacia la fiesta que estábamos esperando.
Pero se volaban los paneles de atrás, y las pantallas, y se movían las luces, y llovía de costado, y Joaquín dijo Nos quedaríamos aquí toda la vida, pero está lloviendo mucho y es peligroso para los que tienen instrumentos conectados, vamos a parar un poquito a ver qué pasa…
A esta altura, yo estaba completamente empapada. Digo: lo que al principio era calor y 10% de transpiración propia y 90% de transpiración ajena, ahora era pelo chorreando, zapatillas con peces. Y, bastó que se dispersaran las primeras personas para guarecerse, para que la lluvia golpeara como voltios, porque ya ni siquiera nos defendíamos con nuestros cuerpos.
Y entonces nos metimos varios en la platea baja de la tribuna lateral, porque tiene techito.
Y seguíamos cantando y tal, pero eso no paraba, y el escenario estaba literalmente hecho pelota… Y yo tratando de comunicarme con Lupe, pero no había señal porque todos estábamos en la misma.
Media hora después, como nada amagaba parar, tomé la calle.
Las 40.000 personas tomamos la calle.
La Boca.
Inundada.
10 cm de agua, y los autos que no avanzaban.
Todos hacia Almirante Brown.
Cuadras enteras esperando el 152.
Entonces: caminar. Caminar en peregrinación (tengo fotos, luego te muestro).
Caminar bajo la lluvia.
Hasta llegar a San Telmo, donde nace el 111, pienso.
Y empezó a llover TAN PERO TAN FUERTE... Éramos 20 que veníamos del recital, bajo el techito, MEDIA HORA, esperando el 111.
Eran las 2 y pico cuando llegué a casa, dejando charcos en el parquet.
El recital se había suspendido a eso de las 11.50; faltaban como 45 minutos, calculo yo. Más con el fervor y la felicidad y el amor mutuo que había, que habría obligado a más y más bises.
Mi casa estaba abierta, pero gracias a Dios no se había inundado ni nada.
Y el resto fue sacarme todo, y enamorarme completamente de mi toalla, de mi maravillosa toalla. Y una ducha caliente.
Y ahora, rogar con vos que deje de llover para que hoy sí haya show, aunque yo no vaya, ya me contarás cómo sigue después de Ruido, pero que HAYA SHOW.
Un beso SECO, linda.
Te quería contar todo esto.
Ahora estoy en un locutorio en Corrientes, porque no me aguantaba en mi casa.
Ruego para que se aclare el cielo.
DISFRUTÁ ESTA NOCHE.
Mejor un poco atrás. Así vas a ver mejor y disfrutar más.
Otro besísimo.
Lou
Bueno, por dónde empezar…
Gracias por tu saludito.
Te mandé vía celular unas fotos que no sé si te llegaron.
No sabés lo que fue anoche… en todos los sentidos.
Primero el calor, con la térmica de 40º, no se podía respirar, yo estaba donde te dije, adelante.
Empezó super puntual, previendo la lluvia, creo. Adelante fue un pogo infernal, aguanté 2 temas y me fui yendo hacia atrás. No tenía aire, te juro.
Pero Pancho, y JOAQUIN… estaban tan felices. Joaquín no dejaba de jugar y reírse. Era todo TAN emocionante. Quería cantar pero me daban ganas de llorar de emoción.
Primero un valseado de Y nos dieron las diez, luego Aves de paso, Ahora que, y luego no sé ya en qué orden Calle melancolía, Quién me ha robado el mes de abril, Siete crisantemos… Esta noche contigo... En Resumiendo empezó a llover. Se cayeron todos los paneles de atrás, donde proyectaban imágenes. Se volaban las pantallas del costado. Pero viste cómo es con lluvia… todos seguimos más que nunca, disfrutando porque el calor era infernal y venía bien el agua, y las pantallas nos importaban 3 carajos… Mientras, los técnicos las arreglaban como podían. Y siguió Dieguitos, Y sin embargo, Con la frente marchita, Conductores suicidas. Joaquín estaba TAN, pero TAN feliz. Pedía que se cuidaran los del pogo, porque era una masacre eso, y festejaba todo, se reía todo el tiempo con los músicos… Y yo me ponía TAN feliz por él que no podía con mi cuerpo… Y entonces, se fue un toque, Helen cantó una de Marilyn, Pancho hizo su Esta boca es mía rocker, Joaquín seguía recitando sonetos para Buenos Aires, ah, hizo Mentiras piadosas, y Por el boulevard…
Y llegó PÁJAROS DE PORTUGAL!!! Y empezó a llover de nuevo. Mucho. Y Joaquín decía: Que se venga el fin del mundo! Y nosotros cantábamos solos, y coreábamos solos entre tema y tema: Joaquín, Joaquín, olé, olé, olé, oléeeee, Joaquín, Joaquíiiiiiiin… Y vino La Magdalena, y...
Y entonces vino RUIDO.
No te puedo explicar lo que fue eso, Mer. Llovía tanto que todos queríamos hacer más ruido que la lluvia y el viento. Y todos pusimos nuestras manos arriba. Y cantamos TANTO, TANTO, TANTO. Y cada vez llovía más, gotas gruesas, ellos lo sabían, nosotros lo sabíamos, y CANTÁBAMOS MÁS Y MÁS: RUIDO DE AMENAZAS, TANTO TANTO RUIDO… Hasta quedarnos sin voz, hasta sacarnos los pulmones. TANTO RUIDO QUE AL FINAL…
*SE TE CAÍAN LAS LÁGRIMAS DEL HUEVO QUE LE ESTÁBAMOS PONIENDO*. Era una cosa completamente tribal, de supervivencia y devoción hacia el de bombín y hacia la fiesta que estábamos esperando.
Pero se volaban los paneles de atrás, y las pantallas, y se movían las luces, y llovía de costado, y Joaquín dijo Nos quedaríamos aquí toda la vida, pero está lloviendo mucho y es peligroso para los que tienen instrumentos conectados, vamos a parar un poquito a ver qué pasa…
A esta altura, yo estaba completamente empapada. Digo: lo que al principio era calor y 10% de transpiración propia y 90% de transpiración ajena, ahora era pelo chorreando, zapatillas con peces. Y, bastó que se dispersaran las primeras personas para guarecerse, para que la lluvia golpeara como voltios, porque ya ni siquiera nos defendíamos con nuestros cuerpos.
Y entonces nos metimos varios en la platea baja de la tribuna lateral, porque tiene techito.
Y seguíamos cantando y tal, pero eso no paraba, y el escenario estaba literalmente hecho pelota… Y yo tratando de comunicarme con Lupe, pero no había señal porque todos estábamos en la misma.
Media hora después, como nada amagaba parar, tomé la calle.
Las 40.000 personas tomamos la calle.
La Boca.
Inundada.
10 cm de agua, y los autos que no avanzaban.
Todos hacia Almirante Brown.
Cuadras enteras esperando el 152.
Entonces: caminar. Caminar en peregrinación (tengo fotos, luego te muestro).
Caminar bajo la lluvia.
Hasta llegar a San Telmo, donde nace el 111, pienso.
Y empezó a llover TAN PERO TAN FUERTE... Éramos 20 que veníamos del recital, bajo el techito, MEDIA HORA, esperando el 111.
Eran las 2 y pico cuando llegué a casa, dejando charcos en el parquet.
El recital se había suspendido a eso de las 11.50; faltaban como 45 minutos, calculo yo. Más con el fervor y la felicidad y el amor mutuo que había, que habría obligado a más y más bises.
Mi casa estaba abierta, pero gracias a Dios no se había inundado ni nada.
Y el resto fue sacarme todo, y enamorarme completamente de mi toalla, de mi maravillosa toalla. Y una ducha caliente.
Y ahora, rogar con vos que deje de llover para que hoy sí haya show, aunque yo no vaya, ya me contarás cómo sigue después de Ruido, pero que HAYA SHOW.
Un beso SECO, linda.
Te quería contar todo esto.
Ahora estoy en un locutorio en Corrientes, porque no me aguantaba en mi casa.
Ruego para que se aclare el cielo.
DISFRUTÁ ESTA NOCHE.
Mejor un poco atrás. Así vas a ver mejor y disfrutar más.
Otro besísimo.
Lou
<< Home