Qué maravilla!
Salgo del laburo, y -vía mensajitos en el celular- coordino con la morocha:
ella: a qué hora es el partido?
yo: 2145
ella: cenamos y lo vemos en casa?
yo: dale. Llevo cena?
ella: SIIII.
yo: ok. estoy 2130.
Llego 20.30 a mi casa, hago risotto, pongo las milanesas en el horno, y hago la chocotorta más rápida del mundo.
21.30 ya estoy allí, dándole su abrazo y sus regalos de cumpleaños, y empieza el partido.
yo: No, Closs, no. Poné la radio.
Y empezamos sufriendo, con su gato, en mi falda.
Llega Diego, otro hincha que la sufre.
Tiempo de predicciones:
yo: es una cuestión de timming. No hagamos gol ahora porque no lo podemos mantener.
ella: vas a ver, vas a ver... algún día tiene que cambiar la racha y vamos a terminar ganando nosotros sobre la hora
Dieguito: a que termina en quilombo. qué apostamos?
Segundo tiempo. Llama la hermana de la morocha, para saludar.
Y empiezan los goles de River.
Dieguito y yo: No cortes!!! No cortes!!!!!
No cortó la llamada hasta el final. Hasta que ya nos reíamos y disfrutábamos con los incidentes y la suspensión.
Todo entre saltos.
Tiempo de champagne y chocotorta.
No tengo voz.
Perfect.
Salgo del laburo, y -vía mensajitos en el celular- coordino con la morocha:
ella: a qué hora es el partido?
yo: 2145
ella: cenamos y lo vemos en casa?
yo: dale. Llevo cena?
ella: SIIII.
yo: ok. estoy 2130.
Llego 20.30 a mi casa, hago risotto, pongo las milanesas en el horno, y hago la chocotorta más rápida del mundo.
21.30 ya estoy allí, dándole su abrazo y sus regalos de cumpleaños, y empieza el partido.
yo: No, Closs, no. Poné la radio.
Y empezamos sufriendo, con su gato, en mi falda.
Llega Diego, otro hincha que la sufre.
Tiempo de predicciones:
yo: es una cuestión de timming. No hagamos gol ahora porque no lo podemos mantener.
ella: vas a ver, vas a ver... algún día tiene que cambiar la racha y vamos a terminar ganando nosotros sobre la hora
Dieguito: a que termina en quilombo. qué apostamos?
Segundo tiempo. Llama la hermana de la morocha, para saludar.
Y empiezan los goles de River.
Dieguito y yo: No cortes!!! No cortes!!!!!
No cortó la llamada hasta el final. Hasta que ya nos reíamos y disfrutábamos con los incidentes y la suspensión.
Todo entre saltos.
Tiempo de champagne y chocotorta.
No tengo voz.
Perfect.
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