con la mariposa de pappachi aleteando cerca
Muchas gracias, Mer.
Hace mucho que no terminaba un libro sollozando y con cierta angustia al dar vuelta la hoja y ver que es la última.
Gracias por El Dios de las Pequeñas Cosas.
Apenas lo termino, y lo primero que sentí que tenía que hacer era escribirte esto.
Y que vos lo veas cuando sintonices este blog.
Y en el interín, otro se tiente.
<< Home