veo veo
Hay un tipo durmiendo en el living del edificio de enfrente, al lado de la mesa del comedor.
Justo abajo del depto del músico (digo yo porque hay un atril dando vueltas ahí).
Y justo arriba de la parejita joven que recibe mucho, enciende muchas velas y tiene una bici fija en el cuarto. Cuarto que tiene moquete y cubrecamas de flores donde ella se pinta las uñas los domingos a la noche.
Al lado están los fiesteros, los que se la pasan celebrando cosas. He visto mil personas por día pasar por ese sillón. Que es lo único que veo, por otra parte. Hay chiquitos en esa casa, también.
Chicos como los del patio que está justo en el medio del pulmón de manzana, ahí, sobre-relieve, donde dejan la luz de bajo costo prendida toda la noche para que no tenga miedo el perro. Planta Baja, pero con tremendo patio aparte. Y pelopincho. El día de los 40 grados eran las 2 de la mañana y ahí seguían. Envidia.
Ellos también los deben haber escuchado. Los de enfrente, digo; los de ese edificio. Porque volviendo al tipo acostado (que se sostiene la cabeza con una mano por encima de la almohada blanca)...
¿será un invitado?
¿o será uno de la casa que descubrió que ése es el cuarto más fresco?
No sé.
Pero por otro lado, es lo que tiene el voyeurismo: la imaginación al poder.
Justo abajo del depto del músico (digo yo porque hay un atril dando vueltas ahí).
Y justo arriba de la parejita joven que recibe mucho, enciende muchas velas y tiene una bici fija en el cuarto. Cuarto que tiene moquete y cubrecamas de flores donde ella se pinta las uñas los domingos a la noche.
Al lado están los fiesteros, los que se la pasan celebrando cosas. He visto mil personas por día pasar por ese sillón. Que es lo único que veo, por otra parte. Hay chiquitos en esa casa, también.
Chicos como los del patio que está justo en el medio del pulmón de manzana, ahí, sobre-relieve, donde dejan la luz de bajo costo prendida toda la noche para que no tenga miedo el perro. Planta Baja, pero con tremendo patio aparte. Y pelopincho. El día de los 40 grados eran las 2 de la mañana y ahí seguían. Envidia.
Ellos también los deben haber escuchado. Los de enfrente, digo; los de ese edificio. Porque volviendo al tipo acostado (que se sostiene la cabeza con una mano por encima de la almohada blanca)...
¿será un invitado?
¿o será uno de la casa que descubrió que ése es el cuarto más fresco?
No sé.
Pero por otro lado, es lo que tiene el voyeurismo: la imaginación al poder.
0 Comments:
Publica un comentari a l'entrada
<< Home