11 de febrer del 2006

los $ 300 siguen sobre la biblioteca baja.
cada vez que me cruzo al portero, temo que me diga que apareció el dueño...
y sigo evaluando:

por una lado, ver los clásicos y los estrenos que no van a VHS como Dios manda (que sería en pantalla grande, así que en este caso sería como la Sociedad de consumo y la de distribuición de entretenimiento mandan)
por el otro, cómo diablos los voy a ver si la única silla que tengo (dado que las otras las tengo que arreglar y aún así son incómodas para una peli) es la de la compu, y ahora tengo la tele alta para ir al piso.
por el lado de más allá: qué sillón voy a conseguir por $ 300... porque, aunque consiga uno pulgoso, me va a tomar pesos y tiempo y ganas y fletes varios mandarlo a tapizar y demás.
por el lado de más acá: y si espero? odio comprar cosas poco convencida.

aghhh. no te digo? no sirvo ni para tener guita.
qué día, roberto. qué día, teté.