la soledad, supongo
Benigno: Hable con ella, cuénteselo.
Marco: Ya me gustaría a mí, pero ella no puede oírme.
Benigno: ¿Cómo está tan seguro de que no nos oyen?
Marco: Ya me gustaría a mí, pero ella no puede oírme.
Benigno: ¿Cómo está tan seguro de que no nos oyen?
Marco: ¡Porque su cerebro está apagado, Benigno!
Benigno: El cerebro de la mujer es un misterio, y en este estado más...
Anoche volví a escuchar entera su banda de sonido, que es como ver de vuelta el film (lo que pasa con las buenas bandas de sonido).
Una de mis películas preferidas; creo que ya la vi diez veces, y me sigue emocionando. Entonces busqué en Enviados (sí, again) lo que me había causado la primera vez.
Bueno: lo mismo.
Querido .....,
Sé que la peli esta en Buenos Aires, asi que haga lo imposible por no perdérsela: Hable con ella. Es de una belleza embriagadora, y la resaca dura días. La vi el sábado de madrugada -aqui sólo está en sesiones golfas- y no me la puedo quitar de la cabeza. Y hoy sentí la imperiosa necesidad (de qué otra forma son las necesidades sino imperiosas) de recomendársela a todo el mundo, como para exorcisarme. De verdad: Dario Grandinetti hace que una salga de cine con ganas de llorar, pero no tanto de emoción, sino porque llorar se ve tan natural y necesario como respirar. Y Javier Cámara maneja una dualidad y emotividad envidiables, ademas del humor. Ellos son los reales protagonistas, pero las mujeres, y todos y cada uno de los secundarios (Loles León haciendo la parodia de una presentadora de TV; Paz Vega -Lucia y el sexo, que está haciendo Carmen con Sbaraglia- encarnando una actriz de cine mudo; Chus Lampreave -eterna de Almodovar-, el mejor monólogo, como una portera; Caetano, que me ha pegado su canción y la voy cantando por las calles de El Raval...) conforman un coro perfecto. En fin; ando deseando llegar a Buenos Aires para pagar la entrada en pesos y volver a verla. Lo extraordinario es que, muy a lo Gaudi -o sea que debe ser una virtud/defecto española- el argumento es desbordante, y el estilo de narración nada minimalista ni lineal, y sin embargo la película termina dejando un halo de coherencia simple que espanta; todo funciona, el casting es perfecto, la historia es emotiva pero sin atisbo de golpe bajo.
(...)
Afecto, el de siempre,
L
"If winter comes, can spring be far behind?" (Percy B. Shelley)
Dr. Roncero: ¿Por qué has venido a verme, Benigno?
Benigno: Pues...
Dr. Roncero: ¿Cuál es tu problema?
Benigno: Yo ninguno.
Dr. Roncero: Algo habrá, como has venido a ver a un psiquiatra.
Benigno: Bueno, la soledad, supongo.
Meses después, AntonioTabucchi hizo, para El país, el análisis perfecto de tanta emoción:
...Hable con ella narra, sin embargo, "el antes". No la vida que tenemos, sino sus antecedentes: esto es, las razones gracias a las cuales tenemos la vida que tenemos, algo en lo que por lo general no pensamos (...) De esta forma, en la película seguimos las vicisitudes de los personajes, sufrimos con ellos, nos compadecemos de sus peripecias, de sus sentimientos. Y llegamos al final de la película. ¡Ah!, nos decimos, el filme ha terminado, realmente una buena película, cuántas emociones nos ha provocado. Y en cambio no, nos damos cuenta cuando se encienden las luces y tenemos que salir de la sala. La verdadera película está aún por empezar, pues el protagonista y la protagonista, por toda esa serie de combinaciones que el filme de Almodóvar nos ha relatado, finalmente logran encontrarse. La verdadera película empieza entonces. Pero ahora tenemos que salir de la sala, está a punto de empezar otra sesión. La verdadera película es la vida que desde el momento de su encuentro tendrán que vivir los protagonistas...
Por eso, tal vez, me sea tan difícil quitármela del alma. Por la soledad, por el final, por eso.
Marco: Algún día Ud. y yo deberíamos hablar. Y será más sencillo de lo que cree...
Katrina: Nada es sencillo. Soy maestra de ballet y nada es sencillo...
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