La película de nuestras vidas
En las charlas con mi papá, tenemos un solo punto de asociación:
Esperando la carroza.
Si, por caso, yo pregunto: ¿Adónde está mi lapicera?, él quiebra los brazos perpendiculares al piso, enfrenta las palmas con una cadera de ancho, y subiéndolas y bajándolas, entona: Adónde está mi amiga... PEro adÓooonde está mi amiga...
Si un pibe contesta una pregunta con mal tono, me sale del alma la voz del Cacho: Euuuu... un poco ma' de respeto... mocoso e' mieRda..., y los milagros cotidianos los recibo con un Es una señal... ¡NO TOMO MÁS!
Cuando alguien se ríe de una comparación, recitamos a coro: Yo hago puchero, ella hace puchero; yo hago ravioles, ella hace ravioles... ¡Qué país! Y cuando le paso una llamada, hacemos la rutina: Quién te enseño a dejar el teléfono descolgado?!
-¡NADIE! aprendí sola...
Las justificaciones terminan en un Yo creí que eran flancitos... y distienden, pero papá prefiere excusarse: ¡Eran los zapatos de mamá! Entonces, yo tomo la posta y le hago la segunda voz (también a los gritos): ¡¿A una madre se la reconoce por los zapatos?!
Ayer, mientras esperábamos el taxi, refritamos nuestra preferida.
Le pregunté: Che, ¿tenés algo que se pueda comer rápido, así salimos al toque?
Y él: Empanadas... (pausa dramática, ubicando los dedos para sacudirlos, e impostando la voz facha de Brandoni)... Tresssssempanadas... Tres empanadas para dos personas (y hace que muerde una)...
Me río. Nos quedamos callados. Llega el taxi.
A las 2 cuadras, me dice:
-Che, "Tres empanadas" no llegó ni a placet en las últimas elecciones...
Esperando la carroza.
Si, por caso, yo pregunto: ¿Adónde está mi lapicera?, él quiebra los brazos perpendiculares al piso, enfrenta las palmas con una cadera de ancho, y subiéndolas y bajándolas, entona: Adónde está mi amiga... PEro adÓooonde está mi amiga...
Si un pibe contesta una pregunta con mal tono, me sale del alma la voz del Cacho: Euuuu... un poco ma' de respeto... mocoso e' mieRda..., y los milagros cotidianos los recibo con un Es una señal... ¡NO TOMO MÁS!
Cuando alguien se ríe de una comparación, recitamos a coro: Yo hago puchero, ella hace puchero; yo hago ravioles, ella hace ravioles... ¡Qué país! Y cuando le paso una llamada, hacemos la rutina: Quién te enseño a dejar el teléfono descolgado?!
-¡NADIE! aprendí sola...
Las justificaciones terminan en un Yo creí que eran flancitos... y distienden, pero papá prefiere excusarse: ¡Eran los zapatos de mamá! Entonces, yo tomo la posta y le hago la segunda voz (también a los gritos): ¡¿A una madre se la reconoce por los zapatos?!
Ayer, mientras esperábamos el taxi, refritamos nuestra preferida.
Le pregunté: Che, ¿tenés algo que se pueda comer rápido, así salimos al toque?
Y él: Empanadas... (pausa dramática, ubicando los dedos para sacudirlos, e impostando la voz facha de Brandoni)... Tresssssempanadas... Tres empanadas para dos personas (y hace que muerde una)...
Me río. Nos quedamos callados. Llega el taxi.
A las 2 cuadras, me dice:
-Che, "Tres empanadas" no llegó ni a placet en las últimas elecciones...
0 Comments:
Publica un comentari a l'entrada
<< Home