noches Rojas
La veo y -como siempre con los famosos con los que me cruzo- la ignoro para que no se sienta incómoda. Onda: no te voy a pedir un autógrafo y darte mi curriculum; tranqui.
M (directora consagrada, mi primera profesora de teatro hace 10 años y durante 3 meses)
Yo (girando la cabeza en actitud No te conozco)
M: ¿Cómo estás?
Y (girando la cabeza para su lado, y con sorpresa fingida de recién te veo): ...
M: ¿Te acordás de mí? Yo me acuerdo de vos...
Y (quebrándome): Sí, claro, pero no pensé que te ibas a acordar de mí y no te quería molestar.
M: Vení, démonos un beso.
(Nos saludamos; ella está con un billete de cien en la mano, acodada en la barra y pidiendo cambio a cambio de un café. Llega una petit gran directora y le habla. Nos separamos. Ella se va a su mesa, y yo a la mía, esperando la siguiente obra con una lágrima y un tostado de pan árabe. Leo el Vía Libre, lo de la mexicana que hace la voz de Bart Simpson). Y de repente...
E (actor del under, acompañado de una chica rubia): Disculpame, ¿te interesaría hacer publicidad?
Nunca pensé que me iba a pasar eso.
Pero una noche cualquiera, sobre Corrientes, alguien te puede hacer un street-casting y una sin inmutarse.
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