El otro día alguien me insultó. Gratuitamente, si esas cosas tienen un precio alguna vez. Me insultó alguien a quien yo estaba ayudando en su trabajo. Y lo hizo, tal vez, sin querer: lo dijo en broma, a lo bruto, pero habló de algo que me toca mucho, que es una inseguridad mía, y me puso muy mal. Y aún me tiene mal.
¿No debería -me pregunto- obviar a esta persona? Yo sé quién soy, sé los problemas que tengo y no necesito que me los digan. Pero aún así, ver que alguien que me acaba de conocer puede develar en un par de días algo tan íntimo, me hace replantearme la imagen que doy. Y no debería ser así, pero sí, siempre me importó lo que pensaran los demás. No me gusta caer mal, y aunque eso nunca me impidió hablar o actuar cuando sentí que lo tenía que hacer, saber que hay gente a la que le caigo mal me pone mal. qué querés que le haga. No me gusta, aunque sean ellos los boludos por fijarse en mis defectos y no en los propios.
Con el tiempo aprendí a convivir con esas situaciones, porque no podés caerle bien a todos, sobre todo cuando tenés un carácter fuerte. Pero el martes me puso mal esta mina. Inexplicablemente, muy mal. Me agarró con las defensas bajas, de improviso. Ese mismo día alguien me agradecía algo que hice. Ese alguien me conoce desde hace tiempo. Y a veces pienso que sí, que yo no soy el tipo de persona que cae bien enseguida, pero los que me conocen con tiempo creo que me quieren mucho. Lo siento al menos. Mejor dicho, creo que caigo bien de entrada, luego se sucede un período de ajuste con mi personalidad y, si queda, esa persona me quiere.
Qué sé yo; el incidente me puso a pensar en otras veces que me sentí marginada de un grupo. Nunca voy a ser cool, a los 27 lo tengo más o menos masticado. Pero aún así... A veces me cansa llevarme tan bien con gente más grande, no poder establecer códigos con gente dentro de los 20. Ahí me vienen ganas de cambiar, de adaptarme, y luego no me sale. Y me dan ganas, como ahora, de llorar de impotencia. Y todo está mal, y no entiendo qué me ven a los que sí les voy. Y todo porque no me banco no gustar, y no me banco que me llamen así, y aún no me sale -y lo intento, lo intento- tomarme en joda esas cosas.
Una cagada, todo. Tener que ser así.
Cada tanto en la vida, habría que ser de otra manera. Completamente diferente.
Si se pudiera y moverse libre...
if only
quéseyo
estoy mal
en otro orden de cosas, creo que perdí uno de mis trabajos. PAUSE.
¿No debería -me pregunto- obviar a esta persona? Yo sé quién soy, sé los problemas que tengo y no necesito que me los digan. Pero aún así, ver que alguien que me acaba de conocer puede develar en un par de días algo tan íntimo, me hace replantearme la imagen que doy. Y no debería ser así, pero sí, siempre me importó lo que pensaran los demás. No me gusta caer mal, y aunque eso nunca me impidió hablar o actuar cuando sentí que lo tenía que hacer, saber que hay gente a la que le caigo mal me pone mal. qué querés que le haga. No me gusta, aunque sean ellos los boludos por fijarse en mis defectos y no en los propios.
Con el tiempo aprendí a convivir con esas situaciones, porque no podés caerle bien a todos, sobre todo cuando tenés un carácter fuerte. Pero el martes me puso mal esta mina. Inexplicablemente, muy mal. Me agarró con las defensas bajas, de improviso. Ese mismo día alguien me agradecía algo que hice. Ese alguien me conoce desde hace tiempo. Y a veces pienso que sí, que yo no soy el tipo de persona que cae bien enseguida, pero los que me conocen con tiempo creo que me quieren mucho. Lo siento al menos. Mejor dicho, creo que caigo bien de entrada, luego se sucede un período de ajuste con mi personalidad y, si queda, esa persona me quiere.
Qué sé yo; el incidente me puso a pensar en otras veces que me sentí marginada de un grupo. Nunca voy a ser cool, a los 27 lo tengo más o menos masticado. Pero aún así... A veces me cansa llevarme tan bien con gente más grande, no poder establecer códigos con gente dentro de los 20. Ahí me vienen ganas de cambiar, de adaptarme, y luego no me sale. Y me dan ganas, como ahora, de llorar de impotencia. Y todo está mal, y no entiendo qué me ven a los que sí les voy. Y todo porque no me banco no gustar, y no me banco que me llamen así, y aún no me sale -y lo intento, lo intento- tomarme en joda esas cosas.
Una cagada, todo. Tener que ser así.
Cada tanto en la vida, habría que ser de otra manera. Completamente diferente.
Si se pudiera y moverse libre...
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quéseyo
estoy mal
en otro orden de cosas, creo que perdí uno de mis trabajos. PAUSE.
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